Querida amiga,
Me hace mucha ilusión compartir contigo este tema, porque tratarlo hace ya unos años, cambió mi vida para bien de manera muy significativa. Como terapeuta Gestalt, mi objetivo ha sido siempre acompañar a personas como tú en su búsqueda de la autenticidad y la plenitud, y hoy quiero que nos detengamos a reflexionar juntas algunas ideas que quizás resuenen con tu historia y puedan servirte para seguir poniendo luz.
El caso de Laura
Permíteme presentarte a Laura, una mujer que cruzó mi camino hace relativamente poco. Ella vivió una experiencia que marcó su vida. A los 7 años se enfrentó al abandono definitivo por parte de su padre, casi siempre ausente en su vida. Este doloroso episodio que intentaba ignorar y dejar en el olvido, sembró en ella el miedo constante a no ser aceptada y el temor de que la historia de rechazo se repitiera en otros ámbitos de su vida.
A lo largo de sus relaciones, la inseguridad se convirtió en una compañía constante, y cualquier discusión, por más pequeña que fuera, desencadenaba una intensa ansiedad en su interior. El temor a que la relación se rompiera, se volvía abrumador.
El Control como Escudo
La lucha de Laura por evitar el sufrimiento la llevó a tejer una maraña de estrategias en su mente, estrategias que, paradójicamente, la alejaban de la vida que tanto anhelaba. ¿Te suena familiar? Al final, ella solía tomar la dolorosa decisión de poner fin a sus relaciones sentimentales. Optaba por lo que, aunque doloroso y conocido, le resultaba seguro, en lugar de enfrentar la incertidumbre que surgía al no poder controlar completamente el rumbo de la relación. Esta anticipación constante le garantizaba, no tener que experimentar un nuevo rechazo.
¿Suena contradictorio, verdad? Es curioso cómo, en nuestro afán por protegernos, a menudo nos adelantamos al futuro. Nos sumergimos en la anticipación de escenarios desastrosos y nos preparamos para lo peor, creyendo que al mantenernos alerta y en guardia, podremos defendernos de lo que percibimos como amenazas potenciales.
En este proceso, nos desconectamos del presente y nos perdemos la auténtica experiencia de la vida. Nos privamos de la oportunidad de disfrutar lo que está justo frente a nosotros, sin expectativas, sin exigencias y sin la necesidad de adivinar lo que vendrá. Así, en un intento de protegernos, a menudo nos auto-privamos de la alegría y la espontaneidad que deberían llenar nuestros días.
Aceptando la Incertidumbre
Querida amiga, ¿cuántas veces has pasado noches en vela preocupándote por un mañana incierto? ¿Cuántas veces has tratado de controlar cada factor que crees que podría contribuir a un posible fracaso? La verdad es que el control absoluto es una ilusión, una quimera. Y junto con esta ilusión, desaparece la posibilidad de que las cosas salgan bien, de que tus deseos se hagan realidad y de que recibas lo que te mereces.
La vida es, por naturaleza, incierta. Desde el momento en que nacemos, cada paso que damos está marcado por lo desconocido, excepto por una única certeza: que algún día, de manera inevitable, moriremos. Esta certeza, paradójicamente, a menudo la pasamos por alto en nuestra obsesión por controlar todos los aspectos de nuestras vidas.
La incertidumbre, mi querida amiga, es la esencia misma de la vida. No podemos eliminarla, pero podemos aprender a abrazarla. Podemos empezar a valorar lo no previsto, lo inesperado, y lo que esta incertidumbre nos brinda. Nuestra obsesión por evitar el sufrimiento puede transformarse en una oportunidad para observarnos con amor, ver nuestras estrategias para manipular las situaciones desde el miedo, crecer, y evolucionar.
Enfrentar la incertidumbre nos hace más resilientes, más inteligentes y más compasivas. Nos enseña a improvisar, a tomar decisiones conscientes y a ser más flexibles en nuestro enfoque. Además, nos brinda la oportunidad de conectar más profundamente con nuestra esencia, con lo que realmente somos, más allá de las expectativas y las proyecciones sobre el futuro.
Entonces amiga, te animo, a aceptar lo incierto en lugar de enfrentarte a un adversario, que en realidad sólo existe en tu forma de interpretar la realidad. Permíteme ocupar tu presente, donde la vida realmente sucede. Deja de lado las expectativas y da la bienvenida a la aventura de la autenticidad. Aquí, en el ahora, es donde descubrirás la belleza de ser tú, sin máscaras ni pretensiones.
En tu viaje de autodescubrimiento y crecimiento personal, recuerda que si lo deseas, puedo ayudarte a navegar por la incertidumbre de la vida y a descubrir juntas lo que trae cada momento, más allá de lo que queremos ver.
Recibe un abrazo,
Xochitl
Foto de Nicola Fittipaldi en Unsplash