No puedo dormir

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Querida amiga,

¿Te pasa a menudo que te sientes agotada físicamente después de un largo día y no puedes conciliar el sueño o disfrutar de un descanso reparador? No estás sola. El insomnio es un problema común que afecta aproximadamente al 40% de la población en países occidentales. En este artículo, explicaremos los diferentes tipos de insomnio, sus causas, su relación con la ansiedad y cómo superarlo. Así que, tómate un momento para relajarte y haz una pausa para sumergirnos en este tema.

¿Cómo saber si sufres insomnio?

 El insomnio va más allá de una simple noche de sueño interrumpido. Se caracteriza por tener dificultades repetidas para iniciar o mantener el sueño, lo que puede afectar tanto su duración como su calidad. Las causas pueden ser diversas, como el estrés, la ansiedad, problemas médicos subyacentes, factores de estilo de vida y trastornos del estado de ánimo, entre otros. Además, el insomnio puede manifestarse de diferentes formas. Algunos de los tipos más comunes incluyen:

  • Insomnio de conciliación: dificultad para quedarse dormida una vez que decides iniciar el descanso nocturno.
  • Insomnio de mantenimiento: problemas para permanecer en el sueño, con despertares frecuentes y dificultad para volver a dormir.
  • Insomnio de despertar temprano: la interrupción del sueño ocurre antes de lo deseado y no se logra conciliar el sueño nuevamente.
  • Insomnio agudo: de corta duración, menos de 4 semanas, generalmente relacionado con eventos estresantes o traumáticos y que tiende a resolverse una vez que el evento ha pasado.
  • Insomnio crónico: persiste durante al menos tres noches a la semana, durante tres meses o más.

Es importante tener en cuenta que estos tipos de insomnio no son excluyentes y una persona puede experimentar más de uno al mismo tiempo. Además, el insomnio puede ser secundario a otras condiciones médicas o trastornos del sueño, como el síndrome de piernas inquietas o la apnea del sueño.

¿Qué consecuencias tiene padecer de insomnio?

 El insomnio no solo afecta la calidad del sueño, sino que también tiene consecuencias significativas en nuestra vida diaria. Las personas que sufren de insomnio suelen experimentar fatiga constante, falta de energía y dificultad para concentrarse. Esto puede afectar negativamente su desempeño en el trabajo o en los estudios, así como su capacidad para realizar tareas cotidianas. Además, el insomnio puede provocar cambios en el estado de ánimo, aumentando la irritabilidad, la ansiedad y la depresión. A nivel físico, se ha asociado el insomnio crónico con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes y trastornos del sistema inmunológico. 

Se ha demostrado que los ritmos hormonales vigilia-sueño, son prácticamente permanentes y que cada hormona tiene un patrón circadiano específico, en lo que concierne a su secreción, por lo que una alteración del ciclo vigilia-sueño tiene afectaciones metabólicas y hormonales con repercusión en todos los sistemas del organismo.

El insomnio y la ansiedad a menudo están estrechamente relacionados. La ansiedad puede generar pensamientos intrusivos, preocupaciones y síntomas físicos, acompañados de una elevación de los niveles de cortisol, que dificultan el sueño. Por otro lado, el insomnio crónico puede aumentar los niveles de ansiedad, creando un ciclo que se retroalimenta. 

¿Qué puedes hacer si tienes insomnio?

 Si estás experimentando insomnio, hay varias medidas que puedes tomar para mejorar la calidad de tu sueño:

  1. Establece una rutina de sueño: Intenta irte a la cama y levantarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayudará a regular tu ciclo de sueño.
  2. Crea un entorno propicio para dormir: Asegúrate de que tu habitación esté oscura, tranquila y a una temperatura adecuada. Evita el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarte, ya que pueden interferir con el sueño.
  3. Practica técnicas de relajación: La meditación, la respiración profunda y el yoga pueden ayudarte a reducir la ansiedad y promover la calma.
  4. Evita estimulantes: Limita el consumo de cafeína, alcohol y nicotina, especialmente en las horas previas a acostarte.

Además, puedes incorporar actividades como la escritura reflexiva, la lectura inspiradora o el ritual de gratitud. Estas prácticas te ayudarán a desconectar de las preocupaciones del día y preparar el escenario para una noche de descanso. Si a pesar de todos estos esfuerzos no logras un sueño tranquilo, es posible que necesites ayuda.

¿Cómo trata el insomnio la terapia Gestalt?

 La terapia Gestalt aborda el insomnio de una manera profunda y holística. Permite que tomes conciencia y reconozcas las emociones y pensamientos subyacentes que pueden estar interfiriendo con tu sueño. Se enfoca en la integración entre la mente y el cuerpo, ya que el insomnio a menudo está relacionado con la acumulación de tensión física y emocional. A través de técnicas de conciencia corporal, respiración consciente y expresión emocional, la terapia Gestalt te brinda herramientas para liberar esta tensión. Además, se centra en el desarrollo de la autorresponsabilidad en todos los aspectos de tu vida, incluyendo tu salud. Al trabajar en tus creencias limitantes y abrir espacio para una mentalidad más positiva y relajada, podrás encontrar una nueva forma de relacionarte con el sueño.

La terapia Gestalt ofrece una perspectiva única y valiosa. En lugar de centrarse únicamente en el control de los síntomas, se sumerge en la experiencia subjetiva del insomnio, explorando las emociones, los pensamientos y los patrones de comportamiento que contribuyen a su persistencia. A través de la toma de conciencia y la experimentación, te permite desarrollar respuestas más adaptadas a la solución de tus necesidades  e iniciar un camino de transformación y crecimiento personal.

En conclusión el insomnio no tiene por qué ser un compañero constante en tu vida. Si estás dispuesta a iniciar un proceso de autoobservación y cambio, la terapia Gestalt puede ofrecerte el acompañamiento que necesitas para disfrutar de un verdadero descanso. Explora las opciones disponibles y permítete pedir ayuda. 

Recuerda que el descanso reparador está al alcance de tus manos. ¡No te rindas y sigue buscando soluciones para recuperar tu salud!

Recibe un cálido abrazo,          

                                  Xochitl

Foto de Susan Wilkinson en Unsplash

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